¿Te has preguntado alguna vez por qué a pesar de conseguir muchas de las metas que te propones no te sientes feliz?, ¿por qué sientes que nunca estás a la altura?, ¿porqué tienes esa sensación de que estás fallando?. Pues bien, la respuesta quizás la encuentres en tus esquemas mentales, en los modelos por medio de los cuales analizas tu realidad y tu comportamiento.
En psicología cognitivo-conductual un tema que trabajamos hasta la saciedad es el de la “Tiranía de los Deberías”. Esta teoría, cuya autora es Karen Horney, nos explica cómo creamos un “Yo Ideal” en base a deseos impuestos por la sociedad por una parte (“tengo que tener una pareja ideal”, “un trabajo estupendo”, “tengo que tener un cuerpo 10”…), y por deseos fantasiosos o irreales propios (“no debo fallarle a mis amigos”, “tengo que ser capaz de realizar mi trabajo con éxito”, …). Un Yo Ideal que nos marca qué debemos hacer y qué no debemos hacer. Sin embargo, ocurre que en muchas ocasiones cuando conseguimos esos “deseos” que nos imponemos, no va asociada una sensación de satisfacción, o al menos no tal cómo la habíamos imaginado, como suponemos que “deberíamos” conseguir.
Karen Horney plantea que frente a ese Yo Ideal existe un “Yo Real”. El Yo Real sería yo mismo, yo con mis atributos, tanto buenos como negativos, mis atributos actuales.
Hablamos de “Tiranía” porque el Yo Ideal nos llena de ideas fantasiosas y nos empuja a conseguirlas, pero también nos castiga si no las conseguimos, y es un castigo a látigo, sin piedad. Es ahí cuando suele aparecer el “Yo despreciado”, y con él aparece el sentimiento de culpa, la tristeza, la desdicha por no poder conseguir nuestros sueños.
El Yo Ideal y el Yo Real siempre están compitiendo, por eso acabamos sintiendo que no llegamos, que no somos suficiente, nos lleva a una insatisfacción continua.
Por esto es necesario que nos preguntemos ¿este deseo que tanto persigo es algo que realmente “quiero”?, ¿o es un deseo impuesto por la sociedad que no va a ayudar a autorrealizarme y ser feliz?. Es importante buscar la felicidad y la autorrealización en nuestros deseos que realmente “quiero” y no en aquellos que me impone la sociedad, la familia, o aquellos que yo me he acabado imponiendo por esa presión externa.
Si nos centramos constantemente en cumplir y llegar a conseguir los mandatos de los Deberías, acabaremos agotados, ser aceptados, ser reconocidos, tener éxito… Al final supone un constante esfuerzo, pero ¿te has preguntado alguna vez quién eres tú de verdad?.
La clave para conseguir la felicidad y la autorrealización no está en conseguir lo que se supone que Debo ser o tener. No se trata de sentirnos desgraciados por lo que no conseguimos, sino de disfrutar del camino hacia la meta. Por eso lo importante es aprender a disfrutar que quién soy hoy, de lo que tengo hoy, de las personas que me quieren hoy.
Pero para poder disfrutar de este Yo Real tengo también que aprender a aceptar el malestar, la incomodidad que me produce desprenderme del Yo Ideal, desprenderme de esos sueños. Es verdad que ésta es la parte difícil del proceso, pero piensa que ese Yo Ideal es un Yo inalcanzable, su búsqueda nunca te hará feliz.
Si aceptamos esa incomodidad, ese miedo o malestar, empezaremos un camino que a pesar de no ir en línea recta, a pesar de tener a veces dificultades, es un camino por el que podrás avanzar y seguro que al final llegarás a cumplir sueños que no imaginabas y que seguro que te van a aportar una felicidad real.
Así que ya sabes, empieza a caminar.