Si nos ponemos a pensar en grandes lujos, en qué nos gustaría comprar, o qué haríamos si nos tocase la Lotería, a veces a uno le viene una respuesta a la cabeza “no hacer nada”. Pero ¿es eso realmente lo que haríamos?. Lo dudo.
La verdad es que el
“no hacer nada” no está muy bien visto en nuestros tiempos, se considera algo negativo, decimos que se está “huevoneando” y nos criticamos o criticamos a los que lo hacen. En cuanto no estamos haciendo algo útil aparece una sensación que cada vez soportamos menos, el aburrimiento. En los últimos años,
con la presencia de internet y sobre todo de los smartphones, nos hemos acostumbrado a estar continuamente haciendo algo. Matamos esas horas de espera, de aburrimiento, buceando por las redes sociales o jugando con diferentes aplicaciones móviles,
el objetivo es uno: no aburrirse.
Llegados a este punto, habría que preguntarse
¿pero es realmente malo aburrirse?. Como decía antes, el aburrimiento no está muy bien visto, se relaciona con una pérdida de tiempo y en un mundo lleno de exigencias eso es un lujo.
Muchas personas recordarán cuando de pequeños si se quejaban con un “me aburro”, le contestaban “pues no seas burro”. Desde pequeños nos educan con la idea de aprovechar el tiempo, de todo lo que podemos hacer, de lo que “debemos” hacer. Cuando vamos creciendo, si hemos incorporado esa idea de autoexigencia vamos a relacionar el aburrimiento, eso tiempo de no hacer nada, con la idea de que estamos actuando mal y entonces aparecerá un sentimiento de culpa, y con él, ansiedad y malestar.
En los últimos años, sin embargo parece que habíamos encontrado
la solución frente a el tedio del aburrimiento, internet. ¿Quién se aburre ahora teniendo una buena conexión a la red?, ahora sí podemos decir eso de que si te aburres es “porque quieres”.
Pero vamos a reflexionar un poco.
¿Hacemos bien desterrando el aburrimiento de nuestras vidas? La respuesta es muy clara,
NO.
El aburrimiento aunque no lo parezca tienes muchos más
beneficios de los que pensamos, vamos a repasar algunos de ellos:
•El primer beneficio tiene su explicación en la
neurociencia. Se ha estudiado que cuando estamos aburridos activamos una zona del cerebro diferente llamada
“Red neuronal por defecto”. Las neuronas de esta zona del cerebro están relacionadas con
la creatividad y la memoria y se activan cuando no estamos haciendo otra tarea.
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•Como consecuencia de esta activación de la Red neuronal por defecto ,
el aburrimiento puede aumentar la creatividad y la solución de problemas. En recientes estudios se ha podido comprobar este efecto en un grupo de personas, que tras realizar una actividad tediosa y aburrida, mostraron mayor creatividad y capacidad de crear soluciones ante unos problemas que se les planteaban.
•
El aburrimiento supone un descanso y nos permite reducir nuestro nivel de estrés y conseguir así estar más descansados. Al igual que si caminamos durante todo el día necesitamos algún momento para sentarnos y descansar, si estamos activados, con nuestro cerebro trabajando todo el día, también necesitamos ese momento de “para” y descansar.
•Otro aspecto positivo del aburrimiento es que durante ese rato de tedio nos enfrentamos al malestar, y aunque a corto plazo nos parezca algo negativo, si somos capaces de convivir con esta sensación, cada vez seremos más tolerantes frente a otras sensaciones negativas. Por lo tanto, el
aburrimiento nos ayuda a tolerar la frustración, a soportar la tristeza, en resumen, a ser emocionalmente
más fuertes.
•Los ratos de aburrimiento pueden ser una oportunidad para
descubrir nuevas aficiones e intereses. Si no tenemos esos momentos de hacer nada, si tenemos nuestro tiempo totalmente ocupado, no tendremos ni la necesidad ni la ocasión por ejemplo para volver a contactar con amigos, buscar nuevas amistades, retomar antiguas aficiones, probar actividades nuevas, etc.
•Por último, el aburrimiento supone un momento de parón, de silencio, un momento en que nos enfrentamos a veces con nuestros temores, fracasos, sueños cumplidos o no, nuestros temores, etc. El atender a estos pensamientos, sentimientos, aunque sea difícil en ocasiones, nos puede ayudar también a conocernos mejor y por lo tanto a
mejorar y crecer personalmente.
Y por supuesto, si algo es bueno para nosotros, pensemos también en nuestros niños. Actualmente, la mayoría de los padres, cuando sus hijos empiezan a quejarse les dan enseguida la Tablet, el móvil o cualquier cosa para que estén entretenidos. Con esto los hacemos
más impacientes, menos creativos y con menor capacidad ante la frustración.
Por esto es importante poner cierta dosis de “huevoneo” en tu vida. Si nos lo permitimos,
podremos descansar, aprender a tolerar el malestar, ser más creativos, y tendremos más motivación y capacidad para enfrentarnos a la siguiente actividad.
Programa de Ondacero donde se habla del tema.
1 Comment
Pues a aburrirse un ratito… 😉