Podríamos decir que septiembre es un mes en el que muchas parejas
deciden pasar por el altar , pero la verdad es que también es el mes en el que año tras años las estadísticas muestran un
aumento del número de separaciones y divorcios.
Las razones, son varias. Por un lado, hay que tener en cuenta que agosto es un mes inhábil de cara a los Juzgados y que por eso las Demandas de divorcio se acumulan en septiembre. Además, de cara a organizar esa
“nueva vida” es más práctico o más recomendable hacerlo con el inicio del curso escolar en el caso de que hay hijos pequeños. Pero la
principal razón puede estar en el verano , sí el verano.
¿Y por qué el verano puede generar este efecto negativo en las parejas?, ¿no podríamos esperar lo contrario?, ¿es el calor el que hace que ya no aguantemos más?, y si es así,
¿puedo hacer algo para evitarlo?.
El verano normalmente supone un
parón en nuestro ritmo frenético, de repente tenemos más tiempo, y es entonces cuando nos damos cuenta de la persona que tenemos a nuestro lado y somos
más consciente de la distancia y los conflictos cuando los hay.
Además, solemos tener
expectativas muy elevadas de cara a nuestro tiempo de descanso y eso puede llevarnos a centrarnos en todo aquello que nos molesta y que nos impide conseguir nuestro objetivo, y claro, ahí está nuestra pareja
“poniendo las cosas difíciles”. Es entonces cuando pueden surgir preguntas, ¿de verdad quiero yo esto? O pensamientos derrotistas “esto es imposible”, “ni con terapia de pareja”, “no hay solución”.
Siguiendo el refrán “Nunca es tarde si la dicha es buena” vamos a intentar analizar algunos puntos para ver si podemos
evitar esa temible, y a veces definitiva,
crisis de pareja veraniega.
El primer punto sería intentar
favorecer la empatía con tu pareja. Tú puedes estar cansada o cansado, pero tú pareja también puede estarlo. No centres todas las miradas en tus necesidades,
intenta ponerte en el lugar de la otra persona. Esto te ayudará a no centrarte en todos los detalle negativos, a
no sacarle punta a todo, en resumen, a
mirar a tu pareja con otros ojos.
En segundo lugar, es importante
recuperar la comunicación. Pero no se trata de hablar de problemas, de cosas pendientes, de la organización del día, de los “hay que” pendientes. Se trata de
favorecer la comunicación de las emociones, de las necesidades.
Expresa lo que sientes y lo que necesitas, no busques mil vueltas, basta con ser claro (y no agresivo por supuesto): “Cuando no me hablas me siento triste, me gustaría que me preguntases qué he hecho durante el día”.
Para recuperar la comunicación con tu pareja también es necesario que
escuches, sin interrupciones y de una forma activa y empática. Mírale a los ojos y muestra interés sincero por lo que te está contando.
Es importante evitar
hablar de los sentimientos y de las necesidades cuando se está enfadado. Busca un momento de tranquilidad, sin interrupciones, y mejor evita la noche para así no acostarse enfadados si la cosa se tuerce.
En tercer lugar, aprovecha el tiempo libre para
recuperar complicidad, cercanía, cariño…. pasión. Busca tiempo para estar solos y disfruta ese tiempo hablando de esas cosas que os gustan a los dos, de ilusiones, recordar momentos bonitos, etc. Acércate de nuevo, hace calor y es más cómodo tener cada uno un lado del sofá, pero puede ser más placentero ver esa película o serie favorita juntos, pegados, como antes lo hacíais. Dale la mano mientras vais por la calle, dale un beso de buenos días, vuelve a retomar esas caricias. ¿Y qué me decís de las noches?, con este calor puede que no apetezca juntarse, pero dormirse abrazado a tu pareja muestra cariño y amor, ya habrá tiempo para buscar tu espacio a lo largo de la noche.
En cuarto lugar, recuerda el dicho
“haz lo que te gustaría recibir”. Si te gusta que tu pareja te diga cosas bonitas, hazlo tú también, no caigas en el típico “si no hace falta, ya sabe que le quiero”. Sí hace falta, sí es necesario. A todos nos gusta oír cosas bonitas, que nos refuercen. ¿Te das cuenta que tardas menos en mandar un mensaje a tu pareja que reenviar el meme de turno por Whatsapp?, y no se trata de mandar la lista de la compra, recupera esos mensajes del tipo “¿cómo estás?”, “deseando verte”, mándale una foto con un beso, etc.
Y en quinto lugar hay algo que no podemos olvidar,
la pasión. El verano es una estación perfecta para recuperar la pasión. Estamos morenos, nos vemos más guapas y guapos, enseñamos más la piel, en resumen, el deseo aumenta. Busquemos a nuestra pareja para satisfacer ese deseo, dejemos de esperar que se nos acerque,toma tú la iniciativa. Si quieres saber más
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En resumen, el verano puede llegar a ser un momento crítica para muchas parejas, pero también es un
momento de oportunidades para el acercamiento, para la reconciliación. Perdona, agradece, acércate, …. disfruta.
Y por supuesto, siempre nos quedará septiembre, si ves que la situación es complicada, no lo dudes, busca ayuda,
la terapia de pareja puede ser una solución antes de tirar la toalla.
la solución